domingo, mayo 11, 2014

Viaje a Rio de Janeiro y Arraial do Cabo

Después de mucho mucho tiempo, volví a retomar el blog y decidí escribir sobre un los hermoso viajes que hicimos a la ciudad que amo: Río de Janeiro.
Comenzamos el viaje llendo de Buenos Aires a Rio de Janeiro con Aerolíneas Argentina, en el primer vuelo de la mañana, demasiado temprano, pero lo suficientemente pasible y con tan pocas personas como para dormir todos diseminados por el avión.







Llegamos casi en hora a Río, pero se demoraron las valijas y perdimos la oportunidad de poder tomar el micro de la empresa 1001 que iba directo para Arraial do Cabo, así que ante la posibilidad de esperar otras 2 o 3 horas preferimos tomarnos otros micro de la misma empresa hasta la ciudad de Cabo Frío, y de allí un micro de linea que en 10 minutos nos dejo en Arraial do Cabo.

Luego de llegar a la hermosa posada Capitao N´Areia donde íbamos a hospedarnos, salimos rápido para ir a la Praia do Forno, ya que eran las 14 horas y el sol se iría pronto. La visión de la playa era tal cual la había visto ya en cientos de fotos, pero ahora era distinta...


El agua no era fría como me la habían contado, pero si algo sucia, pero con algas, y había bastante gente en la playa a pesar de ser un día jueves  y por ello supusimos que se llenaría aún más el fin de semana con la gente que viene desde la ciudad de Río.

Regresamos temprano, ya que el moro tapa rápidamente el sol sobre la playa, pero esta vez en los barcos que por 5$R te acercan hasta la marina dos Anjos donde estaba nuestro hotel y allí esta el puerto y el "centro turístico" del pueblo.
Luego preferimos ir a caminar por la playa dos Anjos y caímos en la tentación de meternos nuevamente al mar aquí, aunque el agua tiene apenas un poco más de oleaje, pero muy divertida.Finalmente nos volvimos al hotel para disfrutar del sauna y la pileta a orillas de la playa hasta que se hizo de noche.



Por la noche salimos a pasear un poco por el centrito del pueblo y decimos cenar en uno de los lindos restaurantes que están en la placita de Dos Anjos, obviamente frutos de mar y disfrutar la felicidad y tranquilidad de estar en Arraial y ese ambiente tan único que tiene este maravilloso pueblo turístico al que luego volvimos tantas veces.

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